miércoles, 3 de diciembre de 2008

CONCEPCION ARENAL

Concepción Arenal


Concepción Arenal (Ferrol, La Coruña, 31 de enero de 1820 - Vigo, 4 de febrero de 1893) fue una escritora española.
Nacida en una modesta casa del barrio conocido como
Ferrol Vello, su padre, Ángel del Arenal, fue un eminente militar que sufrió muchas veces prisión por su ideología liberal y por estar en contra del régimen monárquico absolutista del rey Fernando VII. Consecuencia de las estancias en prisión, cayó enfermo y muere en 1829, quedando Concepción huérfana de padre a los 8 años. En 1829 marcha con su madre, de quien recibió una férrea formación religiosa, a Armaño (Cantabria). En 1834 se trasladan a Madrid, donde Concepción estudia en un colegio para señoritas. Siete años después entra, contra la voluntad de su madre, como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central (actual Universidad Complutense de Madrid), vistiendo ropas masculinas, puesto que en la época la educación universitaria estaba vedada a las mujeres. Vestida también de hombre, Concepción participa en tertulias políticas y literarias, luchando así contra lo establecido en la época para la condición femenina.
Acabada la carrera, se casó en 1848 con el también abogado y escritor
Fernando García Carrasco. Años después colaborarían juntos en el periódico liberal Iberia, hasta que en 1857 Fernando murió de tuberculosis y Concepción se quedó sola y sin recursos. Forzada a vender sus posesiones en Armaño por las dificultades económicas que atravesaba, se trasladó a la casa del violinista Jesús de Monasterio en Potes (Cantabria), donde fundó en 1859 el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayuda de los pobres. Dos años después, en 1861, la Academia de Ciencias Morales y Políticas la premió por su memoria La beneficencia, la filantropía y la caridad. Era la primera vez que la Academia premiaba a una mujer.
En 1863 se convierte también en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres, cargo que ostentó hasta 1865. Posteriormente publicó libros de poesía y ensayo como Cartas a los delincuentes (1865), Oda a la esclavitud (1866) —que fue premiada por la Sociedad Abolicionista de Madrid—, El reo, el pueblo y el verdugo o La ejecución de la pena de muerte (1867). En 1868, es nombrada Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres, y tres años después, en 1871, comienza a colaborar con la revista La Voz de la Caridad, de Madrid, en la que escribe durante catorce años sobre las miserias del mundo que la rodea.
En 1872 funda la Constructora Benéfica, una sociedad que se dedica a la construcción de casas baratas para obreros. Posteriormente también colabora organizando en España la Cruz Roja del Socorro, para los heridos de las
guerras carlistas, poniéndose al frente de un hospital de campaña para los heridos de guerra en Miranda de Ebro. En 1877 publica Estudios Penitenciarios.
Con Concepción Arenal nace el
feminismo en España, pues desde joven luchó por romper los cánones establecidos para la mujer, rebelándose contra la tradicional marginación del sexo femenino, y reivindicando la igualdad en todas las esferas sociales para la mujer.
Murió el 4 de febrero de 1893 en
Vigo, donde fue enterrada. Es su epitafio el lema que la acompañó durante toda su vida: A la virtud, a una vida, a la ciencia. Sin embargo, su frase más celebre fue probablemente "Odia el delito y compadece al delincuente", que resume su visión de los delincuentes como el producto de una sociedad deprimida y represora.


Obra de Concepción Arenal

Fábulas en verso originales,
Madrid, Tomás Fortanet. 1851.
La beneficencia, la filantropía y la caridad,
Madrid, Imprenta del Colegio de Sordo-Mudos y de Ciegos, 1861.
Manual del visitador del pobre,
Madrid, Imprenta de Tejado, 1863.
Manuel du visiteur du pauvre,
París, Ambroise Bray Libraire-Editeur, 1864.
Cartas a los delincuentes,
La Coruña, Imprenta del Hospicio, 1865.
El reo, el pueblo y el verdugo, o la ejecución pública de la pena de muerte,
Madrid, Establecimiento Tipográfico de Estrada, Díaz y López, 1867.
La voz que clama en el desierto,
La Coruña, Tipografía de la Casa de Misericordia, 1868.
Examen de las bases aprobadas por las Cortes, para la reforma de las prisiones,
Madrid, Imprenta de la Revista de Legislación, 1869.
La mujer del porvenir. Artículos sobre las conferencias dominicales para la educación de la mujer, celebradas en el Paraninfo de la Universidad de Madrid, Sevilla-Madrid, Eduardo Perié-Félix Perié, 1869.
Estudios penitenciarios, Madrid, Imprenta de T. Fortanet, 1877.
La cárcel llamada Modelo, Madrid, Imprenta de T. Fortanet, 1877.
Las colonias penales de la Australia y la pena de deportación, Madrid, Imprenta y Librería de Eduardo Martínez, 1877.
"La récidive en Espagne", Bulletin de la Société Générale des Prisons, 6 (junio
1878), p. 575-586.
Ensayo sobre el derecho de gentes, Madrid, Imprenta de la Revista de Legislación,
1879.
"Hay Irlanda, pero no Cobden", La Ilustración Gallega y Asturiana, 34 (
8 de diciembre 1880), p. 418-419.
"Mi vida. A... que me pedía con insistencia apuntes para escribir mi biografía", La Ilustración Gallega y Asturiana, 31 (
8 de noviembre 1880), p. 385.
Cuadros de la guerra,
Ávila, Imprenta de la Propaganda Literaria, 1880.
La cuestión social. Cartas a un obrero y a un señor, Ávila, Imprenta de la Propaganda Literaria,
1880.
La instrucción del pueblo,
Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (Tip. Guttenberg), 1881.


La mujer de su casa,
Madrid, Gras y Compañía Editores, 1883.
"Idea del cielo", en Almanaque de las damas para 1885,
Puerto Rico, Imprenta y Librería de José González Font, 1884.
"Clinique criminelle", Bulletin de la Société Générale des Prisons, nº 7 (noviembre
1886), p. 857-866.
"Psychologie comparée du délinquant", Bulletin de la Société Générale des Prisons, 5 (mayo
1886), p. 647-655.
"La educación de la mujer", Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, T. XVI (
1892), p. 305-312.
El delito colectivo,
Madrid, La España Moderna, 1892.
Manuel du visiteur du prisonnier, París, Au Secrétariat de l’Oeuvre des Libérées de Saint-Lazare,
1893.
El visitador del preso,
Madrid, La España Moderna, 1894.
Obras Completas,
Madrid, Librería de Victoriano Suárez, 1894-1913.
"Estado actual de la mujer en España", Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, T. XIX (
1895 ), p. 239-252.
Informes presentados en los Congresos Penitenciarios de Estocolmo, Roma, San Petersburgo y Amberes, Madrid, Librería de Victoriano Suárez,
1896.
El pauperismo,
Madrid, Librería de Victoriano Suárez, 1897.
"A Méndez Núñez", en
Vigo y Doña Concepción Arenal. El libro de la velada (10 de septiembre de 1897), Madrid, Establecimiento Tipográfico de la viuda e hijos de Manuel Tello, 1898.
La igualdad social y política y sus relaciones con la libertad, Madrid, Librería de Victoriano Suárez,
1898.
"Juicio crítico de las obras de Feijoo", en Antología popular,
Buenos Aires, Editorial Galicia, 1966.
Dios y libertad, Pontevedra, Diputación Provincial,
1996.






















FRASES DE CONCEPCION ARENAL



Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican.

La pasión para el hombre es un torrente; para la mujer, un abismo.

El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda.

La injusticia, siempre mala, es horrible ejercida contra un desdichado.
El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído.

El llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras.

Cuando no comprendemos una cosa, es preciso declararla absurda o superior a nuestra inteligencia, y generalmente, se adopta la primera determinación.

Entre los que son igualmente malos no hay paz si no es la impuesta por el miedo de alguno que es peor.

Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen.

Cuanto más se dividen los obstáculos son más fáciles de vencer.
















Homenaje a Concepción Arenal


Estos versos introductorios son el modesto resumen autobiográfico de este personaje brillante, una de las mujeres más populares de la España del siglo XIX.Concepción Arenal nació en una modesta casa del barrio de Ferrol Vello un 31 de enero de 1820. Su niñez transcurrió en La Coruña. Su padre, liberal constitucionalista, había sido sargento mayor y secretario político del Gobierno Superior de la Provincia de Galicia en 1820 que, por la violenta represión absolutista, sufrió persecución, cadena y destierro. Esos sufrimientos le llevaron a la muerte a los 39 años. Para Arenal, el recuerdo de su padre será una guía en su comprensión del dolor humano. En 1829 se traslada con su madre, de quien recibirá una férrea formación religiosa, a Armaño, en Santander. En 1834 se instala en Madrid para estudiar en un colegio de señoritas. Siete años después, en contra de la oposición materna, entra, por primera vez en la Universidad española, como oyente en las aulas de Derecho, disfrazada con indumentaria masculina. Vestida también de caballero participa en las tertulias políticas y literarias, rechazando así la tradicional condición de mujer de su tiempo. Acabó la carrera y, en 1848, se casó con el también abogado y escritor Fernando García Carrasco. Años después el matrimonio colaboró en el periódico liberal “Iberia”, pero en 1857 murió su marido y se quedó sin recursos.Arenal no fue, únicamente, una prolífica teórica de prodigioso talento, sino que también practicó con tenacidad sus ideas, inspiradas en los principios de libertad, justicia y caridad. En 1859 fundó, en Potes, en donde residió después de vender sus bienes de Armaño por dificultades económicas, el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayuda de los pobres. Dos años después, en 1861, la Academia de Ciencias Morales y Políticas la premió por su memoria “La beneficencia, la filantropía y la caridad”. Era la primera vez que la Academia premiaba a una mujer. En 1863 se convierte también en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres. Reside en La Coruña y en tres meses visita todas las cárceles de Galicia.En 1868, Concepción Arenal es nombrada Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres. Tres años después sale a luz en Madrid “La Voz de la Caridad”, revista fundada por A. Guerola y Arenal y en la que escribe durante catorce años, destapando las miserias del mundo que la rodea.Funda, en 1872, la “Constructora Benéfica”, una sociedad filantrópica de casas baratas para obreros. Organiza en España la Cruz Roja de Socorro para los heridos de la guerra carlista y será voluntaria durante varios meses al frente de un hospital en Miranda de Ebro. Es también una de las mentes más lúcidas de la historia de la medicina hospitalaria por sus aportaciones a la curación de enfermos, a la asistencia sanitaria y psiquiátrica, a la higiene y al papel de la mujer en las diferentes instituciones relacionadas con la cura de los enfermos. Con ella nace el feminismo en España, al romper con la tradicional marginación de la mujer y reclamar su protagonismo en todas las esferas de la vida social.“Estudios penitenciarios”, “Cartas a los delincuentes” y “El visitador del preso” componen, dentro de su densa y prolífica obra, la trilogía de su pensamiento de penalista genial, lleno de gritos de piedad y de angustia. Traducida a varios idiomas, fue inicialmente más apreciada en el extranjero, donde fue proclamada como una autoridad internacional en la materia creadora de su propia doctrina, sin seguir ninguna escuela penitenciaria. En aquellos años se le reservaba un lugar de honor en todos los congresos penitenciarios de Europa y los Estados Unidos, en los que participó sin estar nunca presente, pues no quiso salir del país. Sus magistrales informes son una lúcida y anticipada visión de muchos problemas futuros.Concepción Arenal fue también poetisa, novelista, autora dramática y de zarzuela. Como periodista escribe en numerosas revistas especializadas, tanto en España como fuera, ayudada por su conocimiento del francés y el italiano. Firmó artículos en la prensa gallega y en la de la emigración en Cuba.Esta penalista murió en Vigo el 4 de febrero de 1893,tras una penosa enfermedad. Después de muerta, la publicación de sus obras completas en 23 tomos fue costeada por su hijo y tuvo varias ediciones.Pensadora, modesta e inconformista, con una inagotable bondad, un agudo sentido de la justicia como expresión de sus ideas filantrópicas cristianas -con ciertas concomitancias con el socialismo utópico- y una rebeldía liberal, Concepción Arenal tuvo un tardío reconocimiento en su ciudad natal, pues fue la última de todas de las que levantaron una estatua en su ilustre memoria.